El Suroeste ya exporta cardamomo a los sirios

Por
Gustavo León Ramírez OspinaMedellín


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"Al cardamomo hay que cosecharlo arrodillado dándole gracias a Dios porque es un extraordinario negocio".

Ésta es la visión que tiene del cultivo Alonso Múnera Cárdenas, gerente de la Cooperativa Agroindustrial del Suroeste Antioqueño (Coopagrinsa), una entidad con sede en Valparaíso, creada hace cuatro años por 45 asociados, cuyo número hoy alcanza los 90.

"La tratamos de organizar con el ánimo de darle trabajo a la gente, golpeada por una situación difícil por la crisis del café que afectó mucho a la comunidad campesina", dijo Múnera Cárdenas.

Los socios, un 95 por ciento de ellos pequeños productores de café y caña en Hispania, Caramanta, Támesis, Jericó, Betulia y Venecia, cambiaron parte de sus cultivos por cardamomo, una planta destinada ciento por ciento a la exportación, con el respaldo del secretario de Agricultura de Antioquia, Sergio Trujillo Turizo, que contribuyó a cofinanciar 70 millones de pesos para establecer 40 hectáreas por medio de la Cooperativa Agroindustrial.

En el Suroeste, la Cooperativa tiene 125 hectáreas de cardamomo, una planta de tardío rendimiento que empieza a obtener sus frutos a los tres años de sembrada y que alcanza su plena producción a los cinco. Por parte de otros productores no asociados existen alrededor de otras 300 hectáreas en Jericó.

Durante este año, los cultivadores de cardamomo han logrado penetrar a los mercados lejanos de Dubai, Paquistán y Siria, donde han colocado 40 toneladas del producto seco.

El plantío es originario de Sri Lanka, antiguo Ceilán, y de Malabar. Se cultiva en climas cálidos y sombríos y se utiliza para condimentar platos dulces o salados, para aromatizar licores y dulces y darle aroma y sabor al café.

Guatemala es el primer productor mundial de cardamomo, conocido como la "fruta del paraíso", con una producción anual de 24.000 a 26.000 toneladas. También existen siembras en Costa Rica y Nicaragua.

Calidad única
"Como el café, realmente la calidad nuestra no ha sido superada. Las características de nuestras tierras generan esas calidades", dice Múnera Cárdenas, quien ve en el negocio un alto potencial para crear empleo en la región y ser capaz de convertirse en el segundo renglón de exportación después del café, por su alta demanda mundial.

"Donde haya musulmanes, se vende cardamomo y musulmanes hay en cualquier parte del mundo. Hay una población de 1.600 millones de musulmanes y la oferta no es suficiente", afirma Alonso Múnera.

La primera exportación de Coopagrinsa se realizó en noviembre del año pasado con la venta a Dubai de un contenedor de 10.800 kilos de cardamomo seco.

Los productores vendieron en enero 7.500 kilos a una firma de Karachi, Paquistán, los cuales les representaron divisas por 16.900 dólares y, en marzo, pusieron otro contenedor con 10.000 kilos.

Múnera Cárdenas reveló que el 24 de julio se le vendieron a la firma New Amazona Export otros dos contenedores con 10.000 kilos cada uno, que tuvieron como destino a La Takia, Siria.

"Las perspectivas son halagüeñas. Cada vez aparecen más probabilidades de mercado en los países árabes y musulmán, en general", expresa el directivo de la Cooperativa.

Destaca que, últimamente, se ha abierto China como otro de los grandes consumidores de la fruta del paraíso, llamada así por su múltiples usos farméuticos y cosméticos, demás como aromatizante. Es una planta rústica que no tiene muchos insectos enemigos y su manejo cultural resulta fácil para el campesino.

"Escogimos el cardamomo por ser absolutamente de exportación porque en el país no hay consumo".

La Cooperativa está en condiciones de despachar un contenedor de 10.000 kilos secos cada cincuenta días, los que equivalen a 50.000 kilos de cereza, es decir, con la cáscara verde. El proceso es similar al del café, el cual se recolecta en cereza, se seca y luego se exporta. Los productores esperan que Finagro acabe de desembolsar un préstamo por 200 millones de pesos para cultivar y sostener las áreas sembradas.